El 23 de junio es un día especial para los vascos. En todos los pueblos y rincones solemos encender hogueras, echando al fuego asuntos viejos, dolorosos, etc. y haciendo sitio a los nuevos.

Son días de fiesta por todas partes.

En estos días en que el Sol permanece en su punto culminante, el hombre por siglos y siglos ha hecho profundas reflexiones acerca de la rueda de vida, del ciclo de la tierra-madre, de la fertilidad, de la alternancia del día y de la noche, del movimiento de la tierra alrededor del sol, de las estaciones, de los períodos lunares, de la infinidad del tiempo, de los dioses y diosas que dominaban la fuerza de la naturaleza…

Aún subsisten algunos ritos relacionados con estas reflexiones.

Con este recorrido, aprovechando el lugar que ocupa el solsticio de verano en la celebración de estos tiempos, queremos ir al origen de estas fiestas y recuperar los viejos y aún vivos ritos que en temporada son reflejo del estado de la naturaleza de la temporada.

La protagonista será mujeres que tenía una gran conexión con su cuerpo y con la naturaleza, con conocimiento de los ciclos de la naturaleza y de las plantas medicinales, curanderas, matronas conocedoras de los procesos reproductivos…

Mujeres poderosas para la comunidad.